Un día cualquiera, la chica se despierta sin esperanza alguna... Se sienta en el larguero de la cama, se estira, se frota los ojos y mira a su izquierda, a la pared. Ve el cuadro de su ídolo. Sonríe y se levanta de la cama. Coge la ropa que tenía preparada, y se va a la ducha. Cuando sale se arregla un poco bastante. Le toca buscar trabajo para poder pagar su carrera. Coge el bolso, marrón. A juego con su vestimenta. Prepara todo. Monedero, libros de la universidad, móvil, cascos... De todo. Lo deja en la encimera de la cocina, y va a preparar el maletín, en este caso color lila, su color favorito. Guarda el ordenador, el cargador del ordenador, y una funda con bastantes Curriculums Vitae. Se va al baño y se maquilla, después va a la cocina. Mira el reloj. "Me da tiempo a desayunar tranquila...", así que se prepara un cola cao, y una tostadita. Se lo toma y va a lavarse los dientes. Se vuelve a pintar los morritos y coge bolso y maletín. Sale de su casa y se va al autobús. La Continental. Mientras espera al autobús, saca los apuntes y va estudiando un poco. Esta inmersa en sus apuntes, cuando llega el autobús. Un chaval se le acerca y educadamente le pregunta si tiene que coger ese autobús, ella, con la misma educación, le dice que sí y le da las gracias. Se sonríen y montan. Va al final del todo, se sienta en el asiento pegado a la ventana, y en el otro, deja el bolso y el maletín. Coge el ordenador y empieza a hacer el trabajo que le ha mandado el catedrático. Llega su parada. La universidad. Cierra el ordenador y baja. Se encuentra con sus amigas. Va a ellas sonriendo, y las da dos besos, pero a su mejor amiga... Le da un gran abrazo. Su mejor amiga sabe cómo lo está pasando realmente, y le anima siempre, aunque sepa que es imposible animarla en ese tema. Entran a clases. Terminan. Salen todas juntas y deciden acompañar a su amiga a buscar trabajo. Tras una larga hora de entregar Curriculums, deciden ir a tomar algo. Van a La Garena Alcalá de Henares, al Índalo. Se piden lo de siempre, y mientras aprovechan para hablar y hacer el trabajo que todas tienen que hacer por el ordenador. Coloca el gancho para conectarse a Internet desde cualquier sitio, y va a mirar Twitter. Va a su perfil, al de él. @MelendiOficial. Mira sus tweets. ¡Dios! Va a dar un concierto en Madrid. De repente de alegra, pero después se vuelve a hundir... Sabe que algo pasará y que no podrá ir... Mira el de su esposa, aunque en realidad, no están casados. @Dama_Abad. Y cuál es su sorpresa, que ve que Dama la sigue en Twitter. Se le ilumina la cara y empieza a darle las gracias por todo, y que la adora. Les da las buenas tardes, a los cuatro. A la Pedroche y al Martínez también. Sigue haciendo el trabajo hasta la hora de comer. Se despiden y cada una se va a comer a su casa. A la tarde tienen que estudiar. Menos ella, que lo adelantó el anterior día. Se cambia de ropa, se mete en la ducha y se da un bañito. Al rato sale más relajada que nunca. Se coge la ropa y se la pone. Va a la terrazita, con un vaso de coca cola, y sube las piernas a la barandilla. Se pone el ordenador en los muslos y sigue con el trabajo. Se da cuenta de que el vecino de al lado la está mirando, gira la cabeza y sonríe. Le saluda con un "Hola, imbécil!", sus típicos piques y sigue con el trabajo. Su vecino toca la guitarra, y canta muy bien. Empieza a tocar una canción que para ella, significa muchísimo. Deja el ordenador en la mesita que tiene al lado, y se acerca a la barandilla, por la derecha, le mira embobada, y mientras canta su vecino, ella le observa llorando. Cuando acaba la canción, se acerca a la barandilla el chico, por la derecha también.
- Te tengo dicho que mientras canto su canción, y me escuchas, no quiero que llores.
- Y tú te sabes de sobra, que lloraré sí o sí.
- Te tengo una sorpresa. ¿Estás haciendo algo en el ordenador, o solo estás aprovechando tu don de escribir?
- Estoy haciendo un trabajo, tonto.
- ¿Pero puedes quedar?
- Claro. En media hora, en la azotea. Sube lo de siempre, que yo subo lo de siempre.
Se van cada uno para dentro, guardando lo que tenían en el balcón. Ella se cambia de ropa, y se pone el bikini. Hace buen tiempo para tomar el sol. Coge una botella de alcohol, dos vasos, y una neverita, y lo guarda ahí. Sube y coloca las tumbonas y toallas que tienen. Prepara los cubatas y se tumba en una tumbona, esperándole. Al rato sube. Se ponen a hablar de todo un poco, pero el chico saca una pregunta adrede. "¿Sabes? Tu Ramón va a dar un concierto aquí en Madrid.", y ella, empieza a llorar. El chico sabe de sobra todo lo que le pasa con ese tema, digamos que es su mejor amigo. Y como su mejor amiga lo sabe, él no es menos. Se abrazan y ella llora en sus brazos, como tantas veces ha hecho. Empieza a decirle todo lo que siente, todo lo que cree que pasa para no poder ir... Pero él la separa, le seca las lágrimas, le da un beso en la mejilla, y le dice que ya basta de lágrimas, que un día se proponga felicidad absoluta una semana. Aunque sea una....
Ha pasado una semana, y están en el mismo sitio que hace un semana, pero con una diferencia... Ella llora de alegría absoluta. El chaval le ha dado las entradas. Dos. Se las ha comprado. Y cuando se las ha dado le ha dicho "Puedes ir con quien quieras.", pero ella... Ella quiere ir con él. ¡Qué menos! Y así están ahora, abrazaditos, mientras ella llora de alegría en sus brazos... Le va a ver en directo...
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