lunes, 4 de marzo de 2013

¿Acelerar el tiempo, o atrasarlo?


Y bueno, aquí estoy, un día más o un día menos, según lo mires. Un día más de sonrisas, un día más de estrés… Un día menos de vida, un día menos de disfrutar…

¿No os dan ganas de a veces acelerar el tiempo, o atrasarlo?
Por ejemplo, todos los acordamos de una pequeña parte de nuestra infancia, porque la otra gran parte es imaginada por las historias que nos cuentan nuestros familiares más cercanos, nuestros vecinos, los padres de nuestros amigos…
Yo a veces he querido atrasar el tiempo, volver a atrás para pararme en la infancia, o un poquito más delante de la infancia. No sé, te quedarías muy “Si esto ya lo he vivido…”, y cambiarías los fallos que tuviste. Pensaréis, “¿Fallos en la infancia?”, sí amigos/as, sí. Pero yo no os estoy hablando de la infancia de un año hasta cinco años, no. La niñez, por así decirlo. En el momento que te preparas para afrentarte a los duros golpes de la vida…

Me hace mucha gracia las noches esas de verano, que te tiras horas y horas riendo y hablando de cuando tu hermana/o era pequeño, cuando tú eras pequeño… Todo son risas y risas.
También me hace mucha gracia mis vecinos. Cuando yo llegué a mi casa, solo tenía unos dos o tres añitos, nada más. E iba con mi madre a todos los lados, en verano salía a la calle, a la carretera, con mi hermana, o con mi madre porque se ponía a hablar con las madres de los amigos de mi hermana. Sí, todos somos vecinos. Y ahora me dicen “Si que has crecido, sí. ¡Con lo enanas que eras cuando te conocí y lo grande que estás ahora!”, esos son detalles que, sin que tú te des cuenta, sonríes. No sé, son detalles que te hacen ver que la gente estaba “pendiente” de ti, te observaba por así decirlo.

Pensaréis “¿Y por qué escribe esto ahora?” pues si os digo la verdad, no tengo ni idea…

Yo soy de letras, de letras puras. Y adoro escribir relatos, o simplemente textos. Y de una palabra que escribí, han salido todas estas.

Pero bueno, también quiero adelantar el tiempo, pero sin envejecer a nadie ni perder a nadie (y cuando me refiero no perder a nadie me refiero a que nadie importante para mí se vaya de este mundo, ni perder a amigas/os que he tengo.) Quiero avanzar en el tiempo hasta el día de mi cumpleaños.

Es el segundo año que cumplo años teniendo Twitter, y muchos amigas/os míos son de ahí, de Twitter, y quería saber quiénes se acordarán de mí. ¿Seguirán siendo los mismos que el año pasado? ¿Serán más? ¿Serán todas/os mis amigas/os? No tengo ni idea la verdad, pero si quiero que llegue el 26 de abril, mi cumpleaños, es porque quiero pasar a otro año, no me gusta mucho los años que tengo. ¡Quiero un numerito más! Y también quiero saber si me fallan personas, o no.

Seis de Julio de 2013. Sí, en ese día a tal hora, pararía el mundo entero. Ese día se cumple mi sueño. Un sueño que creía que era inalcanzable. ¡Voy a un concierto de Ramón! Increíble. Sigo sin creérmelo aún. ¡Es tan especial! ¡Pero tan, tan, tan especial! ¡Tan increíble!

Muchas/os me decís que me merezco ese concierto como nadie, que soy la mejor Guerrera, pero yo sé que hay gente que se lo merece más, que hay Guerreros/as que se lo merece más que yo, hay mejores Guerreros/as que yo, lo sé. Pero como supongo que los Guerreros/as se tienen que alegrar por mí, ¿no? Aunque no nos conozcamos. Porque por lo menos yo, cada vez que Ramón hace concierto, me alegro mucho por los Guerreros/as que van, y que no conozco, eh. Será porque somos una familia. Una gran familia. Que, como en las familias de sangre, conoces a personas y no conoces a personas.

Una meta: En este año me he propuesto conocer a amigas de Twitter. Y lo tengo que conseguir. Y creo que lo conseguiré.

En fin, no sé qué más decir, así que para no cagarla más (que escribo muy mal yo), me callo ya y cuando se me ocurra otra cosa, la escribiré para que, si queréis, lo leáis.

¡Gracias por perder un poco de vuestro tiempo en leerme!